La Cueva del Agua en Quesada: Un tesoro escondido en la Sierra de Cazorla

Si alguna vez te has preguntado cuál es uno de los rincones más mágicos de la Sierra de Cazorla, la Cueva del Agua debería estar en tu lista de visitas imprescindibles. Este espectacular paraje natural, ubicado en el término municipal de Quesada (Jaén), ha sido esculpido por el paso del río Tíscar a lo largo de los siglos, creando un espectáculo único de cascadas, saltos de agua y formaciones rocosas. En este artículo te llevaré de la mano por este fascinante rincón, compartiendo mi experiencia personal y algunos consejos prácticos para que disfrutes de una jornada inolvidable.

¿Qué hace tan especial a la Cueva del Agua?

La Cueva del Agua es una maravilla natural formada por la erosión del agua sobre las rocas calizas de la sierra. El río Tíscar ha sido el artífice de este paisaje, moldeando una profunda garganta a su paso y creando un entorno de singular belleza. Este lugar es mucho más que una simple cueva: es un espacio donde la naturaleza y la historia se entrelazan de una forma mágica.

Desde el momento en que llegas, la sensación de estar ante algo especial es palpable. Tras acceder a través de un túnel estrecho de unos 15 metros, te encuentras con un impresionante espacio natural, adornado por estalactitas y estalagmitas que se despliegan ante ti como si estuvieras dentro de un palacio subterráneo. La Cueva del Agua es también conocida como la Cueva de la Virgen de Tíscar, ya que, según la leyenda, la Virgen se apareció aquí a Mahomad Abdón, el reyezuelo de Tíscar, en el año 1319. Este halo de misticismo solo añade más encanto al lugar.

La leyenda de la Virgen de Tíscar

Una de las historias más interesantes vinculadas a este lugar es la de la Virgen de Tíscar, una figura muy venerada en la zona. Según la leyenda, cuando los cristianos trataron de reconquistar el Castillo de Tíscar, los moros arrojaron la imagen de la Virgen al río desde las almenas de la fortaleza, pero de manera milagrosa, la imagen regresó siempre al castillo. Al final, los fragmentos de la virgen fueron recuperados y llevados a Toledo para su reparación, pero, una vez restaurada, volvieron de forma milagrosa a Tíscar. Este relato se ha convertido a la cueva en un lugar de peregrinación y culto para los habitantes de la zona.

Cómo llegar y qué esperar

La Cueva del Agua se encuentra a unos 13 kilómetros de Quesada y aproximadamente a 25 kilómetros de Cazorla, en la carretera que une Quesada con Pozo Alcón (A-6206). El acceso a la cueva es libre, y aunque llegar hasta aquí puede tomar un poco de tiempo debido a las carreteras de montaña llenas de curvas, el viaje merece la pena por los paisajes que rodean el camino. Mi recomendación es que vayas despacio, disfrutes del trayecto y hagas alguna parada para admirar las vistas.

Una vez en el lugar, encontrarás un pequeño aparcamiento gratuito junto al Santuario de la Virgen de Tíscar, que es otro lugar que vale la pena visitar antes o después de la cueva. Desde el estacionamiento, tendrás que caminar un poco hasta llegar al acceso a la cueva, donde un cartel te da la bienvenida.

La experiencia dentro de la cueva.

Nada más entrar, lo primero que llama la atención es la sensación de frescor y el sonido del agua fluyendo. Para acceder, hay que pasar por un pequeño túnel, de unos 10-15 metros, que es bastante bajo, por lo que tendrás que agacharte. Al salir del túnel, la se abre ante ti de manera espectacular, revelando su naturaleza subterránea con formaciones rocosas que parecen de otro mundo.

Lo más impresionante es la cascada que desciende desde el interior de la cueva, un espectáculo aún más majestuoso si tienes la suerte de visitarla tras las lluvias, cuando el caudal del río aumenta y el agua se precipita con más fuerza. Durante mi visita, aunque no había tanta agua como me hubiera gustado debido a la sequía, la experiencia fue igual de impactante. Me comentaron que, en primavera, tras las lluvias, la cascada es mucho más abundante y la atmósfera se vuelve aún más mágica.

El Pilón Azul: Un rincón escondido

Si después de explorar la cueva te queda energía, a solo 20 minutos a pie se encuentra el Pilón Azul, una pequeña poza de aguas cristalinas alimentada por el mismo río Tíscar. Este rincón es perfecto para aquellos que buscan tranquilidad y quieren disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. Aunque durante mi visita el caudal de agua no era tan abundante debido a la sequía, puedo imaginar lo espectacular que debe ser en épocas más lluviosas.

Qué más ver en los alrededores

SANTUARIO DE LA VIRGEN DE TÍSCAR

Justo al lado de la Cueva del Agua se encuentra el Santuario de la Virgen de Tíscar, un pequeño pero encantador santuario que data del siglo XIII. Está dedicado a la misma virgen que, según la leyenda, se apareció en la cueva. Su interior es sencillo pero lleno de devoción, y desde el exterior se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de las montañas circundantes.

EL CASTILLO DE TÍSCAR

Un poco más arriba, tras subir una pronunciada pendiente y unas escaleras, se llega al Castillo de Peña Negra de Tíscar, una antigua fortaleza que, aunque en ruinas, conserva ese aire imponente y legendario que caracteriza a los castillos de la región. La subida puede ser algo exigente, pero las vistas panorámicas desde la cima bien valen el esfuerzo.

Consejos prácticos para tu visita

1.   Cuando visitar: La mejor época para visitar la Cueva del Agua es en primavera o tras las lluvias, cuando el caudal de agua es mayor y la cascada se muestra en todo su esplendor. En verano, aunque el agua puede escapar, el lugar sigue siendo un refugio fresco y agradable para escapar del calor.

2.   Accesibilidad: Es importante tener en cuenta que el acceso a la cueva no es apto para personas con movilidad reducida debido a las escaleras y el túnel estrecho. Sin embargo, si no tienes problemas de movilidad, la experiencia merece el pequeño esfuerzo físico.

3.   Aparcamiento: Aunque el aparcamiento es gratuito, tiene plazas limitadas, por lo que recomendamos llegar temprano, especialmente durante los fines de semana o en temporada alta.

4.   Lleva agua y calzado cómodo: Aunque la cueva se visita en apenas 15 minutos, la subida al castillo y la caminata hasta el Pilón Azul pueden requerir un poco más de tiempo y energía, así que es recomendable ir bien preparado.

La Cueva del Agua en Quesada es uno de esos lugares que, a pesar de su pequeño tamaño, deja una huella imborrable. Su mezcla de naturaleza, leyenda e historia la convierte en un destino único en la Sierra de Cazorla , ideal para una escapada de un día. Ya sea por su impresionante cascada, la atmósfera mística de la cueva o la tranquilidad de sus alrededores, esta visita no te dejará indiferente. ¡No dudes en desviarte de tu ruta y descubrir este rincón escondido de Andalucía!


Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo se tarda en visitar la Cueva del Agua?

El recorrido completo dentro de la y la zona circundante se puede hacer en unos 15-30 minutos, pero si decides explorar el Pilón Azul y el Castillo de Tíscar, puedes alargar la visita fácilmente a unas 2 horas.

¿Es apta la visita para niños?

Sí, aunque los niños deberán tener cuidado en el túnel de entrada y las escaleras. Siempre es recomendable llevar de la mano en las zonas más complicadas.

¿Hay guías disponibles para la visita?

No, la entrada es libre y no se necesita guía, aunque se puede acceder a información histórica en el Santuario de la Virgen de Tíscar.

¿Se puede visitar la Cueva del Agua todo el año?

Sí, la cueva está abierta todo el año y el acceso es gratuito.

¿Dónde se puede aparcar?

Hay un pequeño aparcamiento gratuito junto al Santuario de la Virgen de Tíscar.


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